Los médicos se dieron cuenta de esta anomalía en el tercer semestre de gestación, al ver que la bebé tenía una extraña masa formándose en la mandíbula. La pequeña, que nació a las 40 semanas, tenía una protuberancia con un orificio rodeado de tejido de mucosa. Es decir, según refieren los especialistas que lo trataron en la revista BMJ Case Reports, una segunda boca en miniatura en el carrillo derecho.
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Sin embargo, no mostraba más anomalías de cuello y cabeza, ni presentaba problemas respiratorios o de deglución, por lo que la familia recibió el alta con normalidad.
Aunque la bebé crecía y subía de peso normalmente, a los 15 días de nacida notaron que en la segunda boca salía saliva y se empezaba a asomarse una pequeña lengua. Luego de varios exámenes descubrieron que la niña tenía perforada una segunda cavidad oral en la mandíbula que presionaba y desplazaba a la primaria. (Mira la foto aquí)
A los seis meses de haber nacido, la niña fue intervenida para extirpar la totalidad del tejido blando y óseo sobrante, y reconstruir la mandíbula.
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